Maestría en Salud y Desastres

Las situaciones de desastres acompañan al ser humano desde las antiguas civilizaciones. Las amenazas de origen natural y otros peligros derivados de la actividad antropogénica a nivel mundial, incluidos los relativos al comportamiento del clima, causan cada año cuantiosos daños humanos y materiales, desorganización en los sistemas y servicios de salud, así como relevantes pérdidas económicas, que han convertido a los desastres un asunto prioritario para la salud pública.

 

Los disímiles impactos y lecciones aprendidas que atesora la historia en el ámbito internacional deben ser considerados en la planificación y la organización de acciones para la reducción de desastres. Los sistemas de salud están llamados a desempeñar una función esencial de reducción de desastres, que no solo tienda a elevar las capacidades para lograr una respuesta efectiva, sino también generar acciones que reduzcan el riesgo, con políticas proactivas, anticipativas y sustentables, de inversión en lo económico, social y cultural.

 

En el año 1987, la asamblea general de Naciones Unidas exhortó a la comunidad internacional a prestar especial atención al fomento de la cooperación internacional en la esfera de la reducción de los desastres. La década de los años 90, denominado el decenio internacional para la reducción de los desastres naturales, constituyó un marco internacional de acción para mejorar la capacidad de los países en desarrollo y fomentar los conocimientos científicos y técnicos, formular medidas para evaluar, pronosticar, prevenir y mitigar los desastres, a través de asistencia técnica, transferencia de tecnología, proyectos de cooperación, educación y capacitación.

 

En 1996 se inició un proyecto por el Ministerio de Salud Pública de Cuba, dirigido a perfeccionar la capacidad de enfrentamiento a situaciones emergentes y fortalecer las acciones preventivas de manera integral y científica, aprovechando la experiencia acumulada de la colaboración médica internacional y con un uso racional de los recursos existentes en el sistema nacional de salud. El proyecto,   coordinado por el Centro Latinoamericano de Medicina de Desastre “Abelardo Ramírez Márquez” (CLAMED), desarrolló la preparación de los recursos humanos, el enfoque multidisciplinario, la intersectorialidad y la preparación de la población,bajo la conducción del más alto nivel de dirección en el sistema nacional de salud, con el fin de privilegiar la prevención y los preparativos.

 

La formación de los recursos humanos en el sector salud consideró cambios de enfoques,de una concepción de enfrentamiento a los desastres hacia la reducción de desastres, que luego se consolidaría como reducción de riesgo de desastres. Este proceso se desarrollacomo un procedimiento sistemático e integrador, que pondera la planificación y organización para reducir desastres con el máximo aprovechamiento del potencial científico, tecnológico y del capital humano de las ciencias de la salud, en su vinculación con otras ciencias afines. La estrategia programática del sector salud desarrolló la articulación de la docencia, la investigación y la información científica, preconizando la prevención y los preparativos enel campo de conocimientos, lo cual se denominó Salud y Desastres y se centró desde sus inicios en la construcción del conocimiento, el pensamiento científico, crítico y reflexivo.

 

La consolidación de la estrategia de formación de los recursos humanosa los diferentes niveles del sistema nacional de salud favoreció el desarrollo de una escalera certificativa que alcanzó más de 50 programas de superación profesional, entre cursos cortos y diplomados, talleres, conferencias, entrenamientos y pasantías, con un enfoque íntegramente multidisciplinario y la organización de planes de actividades docentes en todas las Universidades y Facultades de Ciencias Médicas del país.

 

Los planes de preparación de los recursos humanos paulatinamente se ajustaron a la realidad del nivel local y se fundamentaron en los estudios de riesgo, la exposición a peligros naturales, tecnológicos y sanitarios con enfoque de multiamenazas, así como la evaluación de la vulnerabilidad en las instituciones de salud, con un amplio espectro de temas especializados, entre los que se incorporó la aplicación de la metodología de la OPS/OMS para la evaluación de vulnerabilidades con el uso del índice de seguridad hospitalaria en hospitales y policlínicos.

 

Los procesos docentesaportan además resultados científicos y recomendaciones prácticas para mejorar la atención médica integral, el accionar higiénico-epidemiológico, la seguridad en las instituciones de salud, la preparación de la comunidad, la información y la comunicación de riesgo, el cumplimiento del marco legal y la elevación de las competencias de los profesionales y directivos en general y el papel en salud mental, de las brigadas médicas, en particular el contingente internacional Henry Reeve yla actuación en situaciones emergentes. También comprendió a los profesionales y técnicos de la sociedad cubana de cruz roja, las fuerzas armadas y ministerio del interior así como inversionistas, proyectistas, arquitectos, ingenieros, economistas, abogados y otros profesionales y personal técnico de otros sectores. Además contribuyó al desarrollo del postgrado en República Dominicana, Méxicoyla República Bolivariana de Venezuela, última beneficiada por el diseño de una estrategia pedagógica de superación para profesionales en salud y desastres.

 

La calidad de los procesos docentes se legitimó con la participación de profesores y expertos de más de 20 instituciones científicas, académicas y docentes, entre las cuales se encuentran el Instituto de higiene, epidemiología y microbiología, el instituto de medicina tropical “Pedro Kouri”, Centro nacional de toxicología, Instituto de medicina legal, Centro de protección e higiene de las radiaciones, Instituto de meteorología, Centro nacional de investigaciones sismológicas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Cuerpo de bomberos de Cuba y su escuela nacional, la Sociedad cubana de medicina veterinaria para casos de desastres, Centro universitario José Antonio Echeverría, Unión nacional de arquitectos e ingenieros de la construcción de Cuba, Agencia de medio ambiente, cruz roja cubana, servicios médicos de las fuerzas armadas revolucionarias y ministerio del Interior. También se apoya en la asistencia y asesoría del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil.

 

En ese contexto se inicia en el año 2008, la Maestría en Salud y Desastres, la cual que su sede docente en la Escuela Nacional de Salud Pública (ENSAP) y cuenta con tres ediciones concluidas. La misma prepara a los profesionales cubanos y extranjeros para diseñar proyectos de investigación sobre salud y desastrescon aplicación de las ciencias biológicas, sociales, pedagógicas y de la salud, asesorar y participar en proyectos de cooperación que contribuyan a prevenir y mejorar la salud y calidad de vida de los afectados por emergencias y desastres, valorar enfoques y políticas, comparar lecciones aprendidas del quehacer nacional e internacional, fundamentar acciones de capacitación, diseñar estrategias de enfrentamiento, elaborar y ejecutar acciones educativas para profesionales, población y comunidadesque contribuyan a optimizar el enfrentamiento a desastres y elevar la percepción de riesgo, la prevención y promoción de salud y minimizar los riesgos y los efectos de los desastres.

 

Esta figura académica convierte a sus egresados en agentes que propicien el incremento de las capacidades en el sector salud,desde una perspectiva integradora con carácter transdisciplinario e intersectorial, para generar cambios de enfoques,soluciones innovadoras,en cumplimiento de los objetivos, prioridades y retos del Ministerio de Salud Pública y lograr una gestión más eficiente y competitiva en el proceso de reducción de riesgo de desastres, en correspondencia con las condiciones que demanda el desarrollo económico y social del territorio y a la luz de los desafíos que enfrenta el mundo de hoy, incluido el cambio climático.

 

El Programa académico está diseñado para médicos de cualquier especialidad, estomatólogos, licenciados en enfermería, tecnólogos de la salud, psicólogos, ingenieros, arquitectos, economistas, abogados y otros profesionales que se vinculen por su labor a la reducción de desastres en el sector salud. Al mismo también pueden accederlos docentes que forman parte de los claustros de la docencia universitaria, tanto en las carreras de pregrado y posgrado, como los profesionales de las áreas de emergencia médica yatención médica especializada a los diferentes niveles de atención, higiene, epidemiología, promoción y educación para la salud y los que se desempeñan en el área de conocimiento de la dirección y administración de salud.

 

El programa de maestría en Salud y Desastres consta de 13cursos yprivilegia el componente investigativo con10 temas de investigaciónque tienen como eje central la protección del ser humano y los bienes ante desastres y el cambio climático, concediendo el mayor número de créditos a la actividad científica a través de trabajos asociados a los cursos, con 4 talleres de memoria escrita y actividades no lectivas vinculadas al ejercicio investigativo, tales como la participación en eventos científicos, la producción científica del estudiante y trabajos aplicados en la actividad práctica profesional, así como créditos libres por cursos que se vinculen a la actividad central yla defensa de la memoria escrita. Se desarrolla por espacio de 24 meses, de los cuales 18 estarán destinados a cumplimentar los créditos académicos y 6 meses que permitirán al aspirante elaborar y defender la memoria escrita en opción al título académico de Máster en Salud y Desastres, el cual es avalado por la Universidad Médica de La Habana.