Criterios de José Martí sobre la medicina y la salud

José Martí destacó que es la medicina, como el derecho, profesión de lucha y también precisó que se necesita un alma bien templada para desempeñar con éxito ese sacerdocio.
En un trabajo publicado en la Revista Universal de México, el 12 de octubre de 1875, igualmente detalló que el contacto de las diarias miserias morales y materiales, el combate con la sociedad y con la naturaleza, hacen mal a las almas pequeñas, mientras que es revelación de cosas altas en almas altas y hermosas.

En disímiles trabajos publicados en diferentes periódicos y revistas Martí hizo referencia a cuestiones relacionadas con la salud pública y con algunas experiencias que se llevaban a cabo en centros asistenciales y por destacados profesionales.

En agosto de 1883 en La América, revista editada en Nueva York, Martí comentó que la verdadera medicina no es la que cura, sino la que precave y al respecto precisó que  la higiene es la verdadera medicina.

También en el citado trabajo  le dio un especial significado a todo lo referido con la medicina preventiva como una vía eficaz para evitar las enfermedades y por ende garantizar la estabilidad de la salud en los seres humanos.

En relación con esto expresó que más que recomponer los miembros deshechos del que cae rebotando por un despeñadero, vale indicar el modo de apartarse de él.

Planteó igualmente la significación que tenía lograr la educación sanitaria de los hombres y mujeres y expuso que debían darse en los centros educacionales consejos y clases prácticas con vistas a propiciar que los alumnos tuvieran un conocimiento cabal del funcionamiento del cuerpo humano y supieran cuestiones prácticas que permitiesen la garantía de la prevención de enfermedades.

Martí dijo que en las escuelas se daban clases de Geografía antigua, de reglas de Retóricas y de antañerías semejantes y se mostró partidario que  en su lugar deberían darse cátedras de salud, consejos de higiene, consejos prácticos, enseñanza clara y sencilla del cuerpo humano, sus elementos, sus funciones, los modos de ajustar aquellos a éstas, y ceñir a aquellos y economizar las fuerzas, dirigirlas bien, para que no haya después que repararlas.

En otros trabajos  periodísticos e intervenciones públicas que hiciera, se refirió además al papel de la medicina y la salud pública en general. Por ejemplo en El Partido Liberal, en México, en 1887, Martí dijo al referirse específicamente que la salud pública requiere ese combate en que se aprende el respeto, ese fuego que cuece las ideas buenas y consume las vanas; ese oreo que saca a la luz a los apóstoles y a los bribones.

Y añadió: En esos debates apasionados los derechos opuestos se ajustan, en el choque, las teorías artificiosas fenecen ante las realidades, los ideales grandiosos , seguros de su energía, transigen con los intereses que se les oponen.

Además de exponer criterios en torno a la salud pública en sentido general, Martí hizo comentarios sobre algunos de los métodos ó experimentos que llevaban a la práctica algunos médicos e instituciones de salud para combatir o enfrentar determinados males.

Por ejemplo en la Sección Constante, en la Opinión Nacional de Caracas, en la edición correspondiente al 5 de enero de 1882, manifestó que había varias medicinas para la falta de sueño, pero que resultaba peligroso el usarlas y recomendó que  era necesario conocer la causa de ese problema y de acuerdo con ello utilizar un determinado medicamento.